Hace siete años tomé la decisión de mudarme a México, lo cual dio un giro radical a mi vida. Fue una decisión difícil para mi familia y amigos, pero yo sabía que tenía que hacer algo para que mi vida cambiara.

Llegué a la Ciudad de México desde Italia sin mirar atrás. Vine con esperanzas, muchas fuerzas y ganas de salir adelante, sin arrepentimientos.

Al principio fue un poco difícil adaptarme por el idioma (aunque en Italia estudié español varios años). Adaptarme a la comida también fue un desafío, ya que los alimentos son diferentes dadas las costumbres mexicanas.

Sin embargo, las personas que he conocido aquí han sido muy buenas y amables conmigo; los mexicanos son muy cálidos, te acogen como si fueras de su familia. Me gusta apreciar esas diferencias de pensamientos que hay entre su cultura y la mía.

Los mexicanos tienen una visión de la vida muy optimista, muy alegre, y que a mi parecer es extraordinaria, ya que muchos de ellos luchan para sobrevivir día con día llevando una sonrisa en el rostro a pesar de todo.

Otro aspecto que me encanta de esta cultura es que los mexicanos dan todo por su familia; en Italia, nosotros no, pues somos un poco más fríos en este aspecto y quizá en otros más.

En cuanto a mi vida laboral, empecé trabajando con mucho miedo como profesor de italiano en varias escuelas particulares, universidades y dando clases privadas.

Lee también: El valor de la diversidad en un equipo de trabajo

Y fue después de cuatro años en la Ciudad de México, un 28 de octubre del año 2016, que mi vida cambió con una llamada de icorp haciéndome una propuesta laboral para ser analista de Service Desk dando atención a usuarios en italiano.

Si quieres formar parte de una empresa multicultural, acércate a icorp

…ninguna cultura es superior o inferior a la otra, solo es diferente.

Trabajando como analista en icorp salí de mi zona de confort y me di cuenta que no todo estaba perdido. Me demostré a mí mismo que era capaz de desarrollar un trabajo importante, y a su vez delicado, en un país que no es el propio, con modismos, formas de ser muy distintas y todos los desafíos que eso implica.

Comprendí que ninguna cultura es superior o inferior a la otra, solo es diferente. Me enamoré de México, de su gente, sus tradiciones, calles, su sentido del humor y sus ganas de festejar hasta cuando no hay motivos aparentes.

Si quieres conocer todas nuestras vacantes, visita nuestro sitio

Por esto y por muchas otras razones más, si tú estás pensando en vivir en México te digo: “arriésgate, atrévete, da el paso y no voltees atrás.” Puede ser la decisión más valiente, difícil y desafiante de tu vida, pero jamás te arrepentirás.