A partir de este mes, cualquier persona que desee adquirir un teléfono celular en China deberá someterse a un escaneo facial para verificar su identidad.

El principal objetivo de esta nueva medida es evitar fraudes, pero las implicaciones de privacidad parecen ser muy graves, pues el gobierno ahora podrá ubicar con facilidad a quien posea un dispositivo móvil con servicio telefónico.

Se sabe que China ha estado usando el reconocimiento facial en los últimos tiempos para mantener bajo control a ciertos sectores de la población, por lo que este nuevo requisito ha despertado suspicacia en distintas instancias.

Por otro lado, el destino final de estas imágenes todavía es desconocido, así como el lugar en el que serán almacenadas. La posibilidad de un hackeo masivo permanecerá latente.

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Estas prácticas que involucran reconocimiento facial le han válido una gran cantidad de críticas al gobierno chino, así como a las instituciones que también la han implementado para otros propósitos.

Fuente: Engadget