Cultura y Liderazgo

¿Qué haremos cuando los robots nos quiten los empleos?

Robots empleos

Ha estado sucediendo desde la Primera Revolución Industrial. Los robots (o las máquinas) nos han sustituido en trabajos que implican tareas repetitivas, sencillas y monótonas, sobre todo en manufactura y agricultura.

Por ejemplo, en 1900 el 41 por ciento de la mano de obra en los Estados Unidos era empleada en la agricultura. En el año 2000, solo el 2 por ciento de los trabajadores del mismo país laboraba en ese sector. Este cambio, por supuesto, se debió al uso de la tecnología y maquinaria en la producción agrícola.

Hoy, gracias a la llamada Cuarta Revolución Industrial (sistemas ciberfísicos, Internet de las Cosas, redes de datos, Inteligencia Artificial…), se habla de que del 30 al 40 por ciento de los empleos actuales en países desarrollados pueden desaparecer. Se estima que los empleos más afectados serán los menos especializados, y el segmento de población más golpeado será el de las personas menores de 30 años.

Sin embargo, trabajos relativamente especializados y con cierto requisito de preparación académica están en peligro también. Por ejemplo, se estima que el 18 por ciento de los médicos pueden perder también su empleo actual. ¿Quién no ha escuchado de los avances en robótica para realizar cirugías, o del uso de grandes cantidades de información y procesamiento para hacer diagnósticos médicos de una gran precisión solo con introducir al sistema un listado de síntomas?

¿Qué decir de otras profesiones tradicionales como abogados o contadores? También hemos sido testigos de la “automatización” de declaraciones de impuestos o consejo legal.

¿Será entonces que un gran porcentaje de la población estará desempleada en el futuro?

La evidencia indica todo lo contrario. Regresando al ejemplo de lo que ocurrió con la ocupación de la agricultura en Estados Unidos el siglo pasado, ¿significó eso un aumento en el desempleo del país a niveles por encima del 30 por ciento? ¿O su economía se contrajo durante ese periodo? Todo lo contrario.

La disrupción en distintas industrias

Para explicar el fenómeno, me valdré de otro ejemplo. El número de cajeros automáticos en Estados Unidos se cuadruplicó (de 100,000 a 400,000) de 1995 a 2010. Sin embargo, el número de empleados de ventanilla en sucursales bancarias aumentó de 500,000 a 550,000 de 1980 a 2010. Si bien el crecimiento de estos empleos en términos relativos al crecimiento de la economía de Estados Unidos sí se contrajo, esta ocupación no desapareció ni se redujo en números absolutos.

Esto ocurrió por un fenómeno interesante: los cajeros automáticos disminuyeron el costo de operación de las sucursales bancarias (al tener menos empleados por sucursal), lo que aumentó la demanda de sucursales (los bancos estuvieron en posibilidad de abrir más que antes), aumentando el número absoluto de empleados totales.

Pero ¿por qué siguieron teniendo empleados de ventanilla los bancos? Ciertamente, el trabajo de empleado de sucursal bancaria ha cambiado, y estas instituciones ahora utilizan las posiciones para actividades que aportan mayor valor, como la venta de nuevos productos financieros a clientes o adicionales como tarjetas de crédito, seguros y productos de inversión, así como para el fortalecimiento de la lealtad del cliente.

Este, como algunos otros ejemplos, exponen la realidad del pasado y futuro de la ocupación laboral en la era de la disrupción informática y tecnológica.


No ha habido mejor tiempo para ser un trabajador con alta especialización o alto grado educativo, porque estos trabajadores pueden usar la tecnología para crear y capturar valor. Y nunca ha sido un peor momento para ser un trabajador con habilidades ordinarias.

La tecnología aumenta la productividad, lo que a su vez aumenta la demanda de trabajo.

Valiéndonos del mismo ejemplo de la agricultura, los empleos en este sector disminuyeron dramáticamente, mientras los empleos de cocineros y meseros aumentaron de la misma forma.

Al aumentar la cantidad de valor producido, la tecnología solo amplifica el efecto del trabajo que los humanos realizan.

Lee también: La automatización robótica de procesos: un vistazo hacia el futuro

¿Cómo prepararnos ante esta nueva era?

Lo que yo te recomiendo para estar preparado y ser exitoso en esta revolución es adquirir o desarrollar y explotar tus siguientes capacidades:

  1. Solución de problemas. Las computadoras son excepcionalmente buenas para seguir instrucciones y procesos prediseñados; sin embargo, estas no son capaces de encontrar o “inventar” soluciones a problemas nuevos que se les planteen o nuevas formas de hacer las cosas.
  1. Razonamiento inductivo. Permite obtener conclusiones generales a partir de hechos o datos particulares. Esto requiere del uso de la creatividad y del juicio. Como ejemplo de esto, las computadoras no pueden formular una hipótesis o una teoría.
  1. Habilidades de comunicación y persuasión. Las relaciones humanas y la comunicación están basadas en emociones. Esto es algo de lo que carecen las computadoras. Los autómatas no pueden motivar a las personas y difícilmente pueden ser percibidas como genuinamente empáticos.
  1. Diseño y planeación. Estas capacidades tienen que ver con nuestra imaginación y la capacidad de analizar escenarios y entornos complejos tomando en cuenta necesidades y recursos no necesariamente evidentes.

Espero que esta información te sea de utilidad para potenciar positivamente los efectos disruptivos que la automatización de procesos traerá a la humanidad.

Fuentes: JSTOR

Jorge Salazar

Hombre de familia y triatleta de treinta y tantos años. Lo que más disfruto es aprender. Director de Operaciones de Soporte Técnico de TI @icorp.